Una nueva andadura, compartir lo escrito, lo pensado, lo vivido con los que queremos y creemos que van a apreciarlo. En el sofá rojo te puedes sentar, puedes tumbarte, quitarte los zapatos, escuchar, leer, hasta gritar, si las cosas se ponen chungas y hay que desahogarse, pero por encima de todo compartir.
Me pongo cómoda y os cuento.
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