Cuando te conocí no hablaba inglés,
no cocinaba,
no hacía punto de cruz,
no respiraba,
no vivía un segundo sin tu aliento,
si quedaba con alguien, te añoraba.
Cuando me destrozaste
dejé de sonreír,
de estar parada,
de decir que sí a nada
por miedo a darte algo,
un no que no osarías
si de nuevo estuvieras en mi vida.
Cuando perdí la cuenta de lo nuestro,
de lo que habíamos sido sin esfuerzo,
de millones de noches entregadas,
de la complicidad que da mirar tus ojos,
volviste a aparecer entre mis sueños
asomando tu mano por mi pelo,
comiéndonos a besos sin remedio.
Cuando te amé de nuevo
ha sido hace dos días,
pero es tarde ya para nosotros
y no encuentro motivo de alegría.
No concibo de nuevo no hacer cosas,
convertirme en objeto de tu dicha,
perder la cordura que me queda,
la poca que dejaste tras la huida.
A partir de este día, de esta hora,
intentaré olvidarte nuevamente,
recuperar mi aliento
y la cocina,
y speaking in english,
con paciencia,
prepararme un gran plato
de autoestima.
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