Aquellos que me conocen saben que incluso he bromeado con hacer una cata de editoriales por el olor de sus páginas nuevecitas, y es que creo que parte del placer de la lectura consiste en olisquear al azar las páginas de los libros nuevos, nunca de los viejos, es distinto. Los libros viejos se huelen para rememorar y sentir la importancia de la literatura en la historia. El olor de los libros nuevos es un momento similar al de probar un nuevo chocolate si este te gusta o echarte unas gotas de perfume en la muñeca si te agrada probar los olores de los perfumes.
Hay libros, además, que tratan de olores. Sí, ya sé el primero que os viene a la cabeza, El perfume. Ese delicioso libro que huele bien y mal y da grima pero que uno no puede dejar de leer con cierta náusea placentera.
Libros como Aromas, menos conocidos, dicen mucho de sí mismos y de la delicadeza de sus autores, incluso de su olfato. Claudel es un autor que me fascinó en La hija del señor Linh por la frescura narrativa que posee y parece decirlo todo en pocas palabras. No se trata de una novela larga y ante su lectura parecemos muertos de hambre, tal es nuestra ansia de avanzar y no acabar nunca.
Aromas reúne la historia de distintos olores que para el autor han sido importantes porque le cambiaron o le hacen rememorar el pasado, quizá le trasladan a la infancia o a un momento de su vida que preferiría olvidar. Pero el encanto verdadero reside en la sutileza para describir un aroma, que descubre al gran narrador y poeta que es Claudel.
La lectura nos hace pensar en cuáles serían los olores que describiríamos nosotros si tuviéramos que hacerlo y en cuáles coincidimos con el autor. Maravillosa la frase que define el olor de la col como el "carnet de identidad de la miseria" o, algo menos evidente y hermosísimo, el olor del "despertar" como el de "el calor de la vida en hibernación". Se trata de definiciones del olor más que de una descripción del mismo, porque qué otra manera de describir un olor habría que la de compararlo con otro olor, con el de otro objeto o espacio.
Leed, oled y disfrutad de estas deliciosas descripciones, que a modo de cuentos cortos nos deleitan con imágenes propias de la vida, de la existencia común a todos.
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