martes, 22 de abril de 2014

¿Y qué libro regalo?

Tengo una lista de libros que regalar, de esos especiales que valen para múltiples gustos y lectores. La lista va creciendo, lógicamente, pues la voy llenando con el paso de los años, y en consecuencia de las lecturas. Tiro de ella cuando no sé qué libro le gustará a este amigo o al amigo de un amigo, en cuya celebración de cumpleaños caigo por casualidad.

Uno de los primeros es el Libro del desasosiego. Es para personas que ya hayan leído poesía o reflexiones vitales intensas como las del escritor portugués. Como creo que ya he hablado de él en otra ocasión, no me detengo demasiado, solo decir que es delicioso y que en algún momento encontraréis afinidades con vosotros mismos, como en todas las grandes obras.

Otro de los libros que me encanta regalar es 84, Charing Cross Road, de Helene Hanff, que todo aquel que ame los libros y las librerías sabrá apreciar.

Un libro que me trastornó y me emocionó profundamente fue Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, cuatro relatos de la Guerra Civil Española que pinta a la perfección, entre la realidad y la magia, un mundo muy peculiar, y refleja el caos y el horror sin estridencias ni mal gusto.

Especial y sencillo, de fácil lectura y trama hábil es Lady L, de Romain Gary, en el que la seducción de una mujer lo hace todo posible. En esta línea, Madame Bovary estaría en la lista y sin embargo no me atrevería a regalarla porque se trata de un clásico tan clásico que o lo tienes de siempre en tu estantería o lo tuviste que leer a la fuerza en el colegio y no te gustó.

De poesía, José Hierro y su Alegría o el Nada grave de Ángel González. Cualquier poemario de Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero o Antonio Colinas. Me dejo muchos, pero hay que elegir.

Son solo algunas ideas, pero qué demonios, este año se celebra el 450 aniversario del nacimiento de Shakespeare y mañana el Día del Libro un año más, que coincide (solo en teoría) con el fallecimiento de Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso, aunque como sabéis las fechas no son exactas pues Cervantes murió en realidad el día 22 aunque fue enterrado el 23, y Shakespeare murió el 23, sí, pero del calendario juliano, no del gregoriano. En este último, correspondería al 3 de mayo. Un lío, vamos. Que cuando queremos que coincidan las celebraciones, coinciden, pero traídas un poquito por los pelos.

En fin, que yo también regalaría Hamlet en una buena traducción, El Quijote en la edición de Castalia o la del 4º Centenario que editó la RAE, con las notas de Rico. Y por último, una novela de Dickens, Historia de dos ciudades o Grandes esperanzas.

Los clásicos no fallan jamás y hay que leerlos, hablan de lo de siempre, de lo que todos conocemos y queremos que nos cuenten de ese modo especial que solo algunos son capaces de reflejar.

Felicísimo Día del Libro a todos.


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