lunes, 5 de mayo de 2014

Palabras como puñales

A veces las palabras se clavan como puñales y hacen que los artistas escriban poemas, novelas o canciones. Por ellas han llegado incluso a dirigirse películas y a hacerse vestidos, crearse perfumes. Recordarse en telas, olores y sabores un mensaje que nos llegó al corazón para bien o para mal.

Me gustan las palabras que se clavan como puñales, son muy chulas. Te llegan tan dentro que te andan atormentando varios días con su presencia, como duendes traviesos cuando te gusta, como demonios cuando no.


De las palabras como puñales se aprende, es lo bueno que tienen. No se quedan ahí sin más, remueven hasta cansarte. Si las quieres pillar, bien, y si no, también.


Las palabras en mi mundo son muy afortunadas. Las que me llegan me hacen feliz, no creáis que se quedan a la espera de ser notadas. Yo las guardo todas y las escucho en soledad, cuando no hay testigos. Suelo aprender de ellas, y de mí gracias a ellas porque muchas me definen perfectamente, a mí y a mi estado de ánimo.


A veces la ausencia de palabras se clava como puñal que hiere y mata, y ha de hablarse uno mismo para dar nombre a lo que se ve y se siente. Sin palabras no podríamos decir lo que queremos u odiamos.


Prefiero las palabras que se clavan a las que se pierden en una ráfaga de viento.



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