miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un hombre

Hay estaciones, especialmente el verano, marcadas y recordadas, en consecuencia, por los libros que leíamos. La verdad sobre el caso Harry Quebert fue el del año pasado. Este me llegó un libro que me ha acompañado durante bastantes noches largas, calurosas, mientras me invadía el sueño y antes de mi viaje a Nueva York. Un hombre es un libro de Oriana Fallaci que relata la vida de Alekos Panagoulis de un modo detallado y con un estilo desenvuelto y realista muy particular. Narra las torturas y los padecimientos del poeta griego y activista político de un modo que hace que estemos allí con él, en una celda diminuta, solo soportable gracias a la fortaleza mental del poeta.

La historia cuenta el antes y el después. Oriana Fallaci, periodista comprometida con todos los represaliados de las dictaduras, no conoce a fondo a Alekos hasta que este es liberado. Es entonces cuando logra entrevistarlo y el amor surge de un modo natural entre dos personas fuertes, luchadoras, unidos sin saberlo por un bien común, el de que todos los hombres sean libres de expresarse y vivir del modo que deseen. No se separarán hasta la muerte de él antes de lo que ambos hubieran podido imaginar.

Lo interesante de la obra es que la tortura y las represalias descritas se asemejan a las de cualquier país del mundo, tan similares entre sí, tan horrendamente idénticas. Y lo que sí es diferenciador y asombroso es el caso de este hombre en concreto y cómo es posible que pueda sobrellevar los padecimientos y enfrentarlos con una fortaleza mental casi imposible de creer en un ser humano. Es un libro duro pero amable a un tiempo dotado de clase, frescura, cariño y toda la objetividad de la que es capaz la autora. Raro quizá por lo personal que resulta, que provoca que nos sintamos algo voyeurs al estar asistiendo a una descripción muy íntima, propia de las experiencias de los amantes, en la que nos hemos colado sin saber cómo.

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