martes, 16 de diciembre de 2014

La Enciclopedia de la Tierra Temprana

Con la época navideña llegan esos placeres que recuerdan a la infancia, cuando terminaban las clases y sabías que hasta después de Reyes (qué lejano parecía aún el día en diciembre) no tocaba volver a la rutina. Horas y horas de tedio y tiempo libre se presentaban nuevecitas para que las llenáramos como quisiéramos, y claro, tocaba entonces acurrucarse bajo la manta y empezar a leer uno de esos libros que te absorbían con su fantasía y te revelaban tu propia imaginación.

Pues bien, tengo la misma sensación estos días tras leer la última delicia publicada por la editorial Impedimenta, la novela gráfica La Enciclopedia de la Tierra Temprana, de Isabel Greenberg, una escritora e ilustradora con una imaginación increíble que es capaz de transportarnos a nuestra propia elaboración personal de los mitos y de los cuentos ancestrales. Al igual que muchos grandes narradores o poetas son capaces de decir aquello que siempre habíamos querido decir y no sabíamos cómo, la autora inglesa, cuya obra acaba de ser galardonada con el Premio a la Mejor Novela Gráfica del Año por la British Book Design and Production Association, nos permite visualizar aquello que había permanecido dentro de nosotros desde la infancia más remota bajo las mantas de esos días de vacaciones de diciembre. El Hombre medicina, la Torre de Migdal Bavel, el Hombre-Pájaro, los gigantes y un narrador tan excepcional contando historias que un malvado rey lo secuestra para él solo escuchar las más fascinantes historias del origen del mundo. 

Historia tras historia, hecho a hecho, las imágenes van entrelazándose como en la mejor novela de caballerías, como en un Quijote en el que el arte de narrar nos lleva de un personaje que cuenta una historia a otra en la que a su vez alguien cuenta otra historia y otra más. El libro tiene lo que siempre ha fascinado de los buenos relatos de aventura y magia, que hace volar nuestra imaginación hasta lugares que habíamos olvidado o que no habían sido imaginados, pero han nacido gracias a la narración. Un placer invernal que no hay que perderse.

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